Muchas son las interrogantes que se nos presentan cuando algo nos molesta y más si afecta a nuestra tranquilidad. Un ejemplo de ello, son las conocidas llagas en la boca, esas pequeñas lesiones que brotan alrededor de las encías e incluso en la lengua. Si se manifiestan en la superficie de los labios, estaríamos hablando de un herpes labial y no de llagas.
A nivel médico, estas son conocidas como aftas o úlceras aftosas y no son contagiosas. Sin embargo, pueden producir hinchazón y enrojecimiento causando dolor y/o molestias al comer y hablar.
Debemos recordar que nuestra boca tiene múltiples funciones entre las que destacamos la digestiva, respiratoria, comunicativa… e incluso la estética dental. Por ello, tanto el cuidado como la atención son indispensables.
Si sufres de este mal o conoces a alguien que lo padezca, es importante que cuentes con la información necesaria para poder combatir esta incómoda dolencia. En Crespí & Gandía queremos que estés al día en cualquier aspecto que pueda repercutir en tu salud bucodental.
Te invitamos a quedarte con nosotros, ¡toma nota de lo que te contamos en este post!
¿Qué son las llagas en la boca?
Las aftas son pequeñas heridas a nivel bucal que producen una sensación dolorosa semejante a una quemadura y forman parte de las enfermedades más comunes de la boca junto con las caries.
En relación con su duración, suelen permanecer pocos días, curándose por lo general de forma espontánea en un periodo de tiempo de una a dos semanas. Por otro lado, su aspecto es de color blanquecino y están rodeadas por un área roja.
Debes tener en cuenta que a causa del dolor que genera cualquier contacto con esta fisura podemos caer en una higiene bucal inadecuada, lo que traería consigo otras complicaciones. En este sentido, es importante consultar con dentistas especialistas, quienes podrán revisar la afección de forma personalizada y ofrecer las herramientas necesarias para sanar de forma eficaz y segura.
¿Qué tipos de úlceras aftosas existen?
De rasgos redondos u ovalados, con centros blanquecinos o amarillentos y bordes rojizos, ubicadas en diferentes partes de la boca… así se presentan las llagas en la boca. A continuación, te nombramos los tipos de llagas que se pueden manifestar:
- Aftas menores: Son las más frecuentes de los tipos de aftas. Su tamaño puede ser menor a 1 cm, posibilitando por ello una cicatrización en un rango de una a dos semanas. Se muestran de manera superficial y en pocas cantidades, su forma es ovalada y con un borde rojo.
- Aftas mayores: Son profundas y cuentan con un tamaño mayor a 1 cm, su forma suele ser redonda con márgenes precisos, aunque pueden variar si su tamaño ha aumentado considerablemente, lo que a su vez le genera una lenta cicatrización. Asimismo, causan fuerte dolor y su curación puede llegar a tardar unas seis semanas aproximadamente.
- Aftas herpetiformes: Aunque son menos frecuentes que las anteriores, son más propensas a aparecer en personas de edad avanzada. En este caso, se manifiestan en diminutos bultitos de tamaños entre 1 y 2 mm, pero si llegan a unirse pueden crear una enorme úlcera.
¿Cuáles son las causas de las úlceras aftosas?
El origen específico de esta patología aún no ha sido determinado por expertos. Sin embargo, te mostramos a continuación algunos de los factores desencadenantes más comunes:
- Bacterias: Nuestro cuerpo es tan sabio que nos habla cuando algo no va bien y la reacción inmunológica es parte de ese mensaje que nos envía, en este caso, en la cavidad bucal. Dicha reacción se produce tanto por bacterias como por virus que estén atacando nuestro organismo.
- Lesiones: Un traumatismo sufrido, ya sea por algún golpe, mordedura o por el roce provocado por tratamientos de ortodoncia; o por el roce de prótesis dentales removibles o bordes dentarios con algún tipo de filo, que van generando una llaga fruto de la fricción.
- Deficiencias: Dentro de las posibles carencias nutricionales en cuanto a algunas vitaminas y minerales destacan el hierro, el ácido fólico y el zinc, así como las vitaminas B1, B2, B6 y B12. Al no estar presentes de manera expresa en nuestro cuerpo, pasamos a ser más vulnerables frente a estas deficiencias.
- Factores genéticos: Las herencias familiares no siempre son económicas y la genética no solo corresponde al color de la piel u ojos. Dolencias y enfermedades también lo son, por lo que si dentro de nuestro cuadro de consanguinidad se encuentra esta enfermedad, somos más propensos a presentarla también.
- Cambios hormonales: Tanto el embarazo como los ciclos menstruales generan alteraciones a nivel hormonal. Con ello, se pueden presentar estas molestias a nivel bucal motivadas por las alteraciones en el pH de la saliva, entre muchos otros cambios por lo que transita la mujer.
- Ansiedad: Los periodos de estrés, nervios o depresión son factores de riesgo, ya que al bajar las defensas incrementan las posibilidades de que florezcan estas heridas.
- Reacciones: Las alergias o sensibilidad a algunos alimentos como el café, queso, picantes, frutos secos, limón, fresas o chocolate. De igual forma, la hipersensibilidad a dentífricos o enjuagues bucales que contienen sulfato de sodio.
- Cuadros clínicos: Dentro de las enfermedades que pueden generar la aparición de llagas en la boca se encuentran: la gastritis crónica atrófica, duodenitis parasitaria, enfermedades inflamatorias crónicas del intestino y síndrome de malabsorción intestinal, entre otras, como la helicobacter pylori.
Otras enfermedades por las que pueden aparecer las aftas
- Behçet: se identifica por la inflamación de los vasos sanguíneos, que a su vez puede causar problemas en muchas partes del cuerpo, teniendo como uno de los síntomas más comunes la aparición de llagas en la boca.
- Crohn y la colitis ulcerosa: provoca la inflamación del tracto digestivo, que a su vez puede producir dolor abdominal. Al ser una enfermedad autoinmune, ataca al propio organismo desde diferentes aspectos.
- Celiaquía: si tienes enfermedad celíaca, comer gluten desencadena una respuesta inmunitaria en tu intestino delgado, generando daños que causan diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón y anemia y puede llegar a provocar complicaciones más graves.
- Escaso sistema inmunitario: al ser atacados por virus y bacterias se ven comprometidas las células sanas de la boca.
¿Qué puedo hacer si presento llagas en la boca?
En un principio, esta dolencia no representa grandes riesgos relevantes para la salud. Sin embargo, genera gran molestia, especialmente a la hora de ingerir alimentos y bebidas e, incluso, durante el aseo bucal.
Pero es importante señalar que al aparecer las fisuras con tamaños y profundidades más notables, la asistencia a los profesionales de la medicina es una opción muy adecuada. Estos podrán realizar la exploración necesaria descartando, a su vez, la posibilidad de que exista alguna relación con otro tipo de enfermedad.
¿Qué tratamiento sirve para tratar las llagas en la boca?
Si las aftas son insensibles, no se debe utilizar ningún tratamiento, pues su presencia será leve y desaparecerán por sí solas. Ahora bien, en caso de presentar molestias, se podrían tomar algunas medidas previas a la consulta médica, pues la automedicación solo trae más complicaciones. Entre las recomendaciones tenemos:
- Uso de tópicos locales.
- Realizar enjuagues bucales que contengan antiinflamatorio: no se aconseja aquellos productos con ingredientes como alcohol, ya que la lesión se puede agravar, además de la sensación incómoda que genera el ardor en esta zona.
- Otro producto y de característica más artesanal, que incluso puedes conseguir fácilmente en tu hogar, es la sal. Realiza enjuagues de agua con sal, permitiendo que la misma limpie toda la boca.
- Antibióticos para reducir infecciones.
- Aplicación de método sistémico, en caso de que no exista mejora después de los tratamientos tópicos, generalmente con productos que contengan corticoides o talidomida.
¿Cómo puedo evitar que me salgan llagas en la boca?
En caso de presentar estos bultos o fisuras, los especialistas sugieren no ingerir alimentos que contengan exceso de condimentos y reducir aquellos que sean ácidos y/o cítricos, además de los picantes.
En cuanto a la prevención, sobre todo en aquellos que las sufren de forma frecuente, los expertos proponen llevar una dieta equilibrada a través de niveles óptimos de hierro, ácido fólico, vitamina B y zinc, correspondientes a cada individuo. Por último, contar con una excelente higiene bucodental usando cepillos suaves y realizando sus cambios de manera regular (máximo 3 meses).
Otro aspecto necesario es beber agua de forma constante y en abundancia, pues mantener la boca fresca e hidratada te librará de muchas molestias, incluyendo las llagas.
Además, recuerda proteger tu boca ante cualquier maltrato e incomodidad y si cuentas con ortodoncia, o algún otro aparato dental, consulta con tu dentista. Él podrá informarte sobre los protectores de las piezas que cubren los bordes afilados (ceras o carillas) o, en su defecto, asiste a consulta para un pulido en las piezas filosas.
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Ante todo, recuerda que la angustia y el estrés solo hacen que las situaciones se agraven, incluso cuando el tema no es de alarma, por lo que es recomendable actuar de manera razonable y oportuna.
En este sentido, nuestra clínica dental Crespí & Gandía te ofrece la mejor atención de la mano de especialistas completamente cualificados, quienes te otorgarán las herramientas que tu salud bucodental necesita.
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