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Los problemas de alineación en las piezas dentales o la mala mordida no son únicamente problemas de índole estética, sino que también son problemas que pueden afectarnos a la salud de nuestra boca. La maloclusión dental puede provocar graves trastornos, como dificultades en la articulación mandibular, daños periodontals o incluso hasta problemas en el habla. 

En este artículo de la Clínica Dental Ramis Gandía te brindamos los detalles sobre la maloclusión dental, qué es y cómo se puede corregir.

¿Qué es la maloclusión dental?

La maloclusión dental se da cuando la arcada superior y la arcada inferior de la boca no coinciden correctamente, o cuando la dentición no está adecuadamente alineada. La maloclusión ocurre cuando los dientes están mal posicionados dentro del arco o al respecto al maxilar opuesto.

En este sentido, la maloclusión dental hace referencia inmediata a la funcionalidad de la posición que las estructuras de los dientes tienen en cuanto a su morfología, su estética o su desempeño.

Como hemos mencionado, no solo es un problema estético, sino que también es un problema de salud en cuanto este problema se expande, generando complicaciones en alguna de las áreas de la boca.

Tipos de maloclusión dental

Se pueden evidenciar tres grandes tipos de maloclusiones, entre las que se encuentran las siguientes: 

Maloclusiones verticales

Estas se ponen de manifiesto debido a la ausencia de contacto entre los dientes superiores e inferiores, lo cual produce un solapamiento de la arcada superior sobre la arcada inferior. 

La mordida adecuada implica que un tercio de los dientes de la arcada superior sobrepasen a los dientes de la arcada inferior. Esa es la oclusión ideal, a la que debemos aspirar si tenemos problemas de mordida. 

Dentro de esta maloclusión se pueden observar ciertos factores tales como:

  • Sobremordida: en este caso, los dientes de la arcada superior superan por más de un tercio a los dientes de la arcada inferior al morder. Esto sucede cuando el maxilar superior se superpone de modo exagerado al inferior, lo cual genera una diferencia de unos 2,5 milímetros. 
  • Mordida abierta: en esta situación no hay un solapamiento de los dientes en el plano vertical, pero tampoco hay una mordida correcta, ya que esta queda abierta en alguna proporción.
  • Mordida borde a borde: aunque en estos casos se observa que no hay sobremordida, hay un contacto entre los incisivos.

En algunos casos extremos, los dientes pueden cubrir totalmente los dientes inferiores y la arcada inferior puede incluso llegar a tocar y dañar el paladar.

Maloclusiones transversales

Las maloclusiones transversales se originan debido a una alteración en la anchura de los maxilares y/o en anomalías en cuanto a la inclinación de las piezas dentales. En estos casos, las maloclusiones que tenemos son:

  • Mordida de tijera: esto sucede cuando en la mordida la cúspide de los molares superiores se mantiene por fuera de los molares inferiores. 
  • Mordida cruzada: este otro tipo de mordida se da cuando la arcada dentaria superior está situada por dentro de la arcada inferior. 

Maloclusiones sagitales

Las maloclusiones sagitales se clasifican según la posición de los molares en el sentido entero-posterior. De acuerdo a esto, tenemos tres tipos de maloclusiones que son:

  • Oclusión Clase I: esta es considerada la oclusión de mordida correcta. Es cuando el canino superior se sitúa por detrás del canino inferior.
  • Maloclusión de Clase II: la arcada dental superior está situada de manera más adelantada que la arcada dental inferior con respecto al canino y el molar. En la división 1 los incisivos centrales superiores están en protrusión, hacia adelante, y cuando se produce la mordida las piezas dentales superiores caen dentro de las inferiores, haciendo que estas últimas sobresalgan. En la división 2 los incisivos centrales superiores están retroinclinados, o lo que es lo mismo, inclinados hacia el paladar, y los incisivos laterales proinclinados hacia adelante. Esto provoca que el resalte esté disminuido y la sobremordida aumentada.
  • Maloclusión de Clase III: donde la arcada dental inferior está situada por delante con respecto a la superior. Esto puede tener una causa dental o esquelética, lo que se determinará en un análisis más profundo del paciente.

Complicaciones derivadas de la maloclusión o mala mordida

Muchas son las consecuencias que surgen a raíz de una mala mordida o de problemas de maloclusión, algunas de ellas pueden ser:

  • Apiñamiento dental: el apiñamiento de los dientes favorece que los restos de comida puedan acumularse en los espacios interdentales. Dada a su posición, se dificulta ampliamente la correcta higiene de la boca, por lo que pacientes con esta complicación serán más propensos a desarrollar problemas de caries y enfermedades periodontales. 
  • Bruxismo: una de las problemáticas más frecuentes derivadas de la maloclusión es el bruxismo, lo que provoca que la persona rechine o ejerza demasiada presión sobre los dientes. Este comportamiento involuntario provoca un desgaste acelerado de las piezas dentales.
  • Problemas en el habla: en algunos casos, la maloclusión dificulta a un paciente hacer acciones básicas como hablar o expresarse. Esto puede aparecer junto a dolores articulares en la boca o problemas en la articulación temporomandibular.
  • Problemas respiratorios: la maloclusión esquelética severa, que implica una alteración en el tamaño y la posición de los maxilares, puede acarrear dificultades respiratorias durante el sueño, tales como apneas de sueño o ronquidos.
  • Problemas estéticos: los problemas de maloclusión provocan asimetrías y, en algunos casos, rostros poco armoniosos, debido a la posición incorrecta que tiene la mandíbula. En algunos casos, esto puede llegar a generar trastornos psicológicos al generar complejos en el paciente.  

¿Qué tratamiento para la maloclusión debemos seguir?

Una de las soluciones más efectivas y recomendadas es recurrir a la ortodoncia, lo cual será una adecuada solución en la mayoría de las situaciones. En cualquier caso, la detección temprana de esta problemática nos dará una mayor capacidad para resolverlo mejor. Si esto se detecta a una edad temprana, favorecerá los casos en los que las maloclusiones sean de origen esquelético, debido a que a esas edades tempranas es cuando se desarrollan los maxilares y, en este momento, se puede intervenir y corregir cualquier anomalía de manera más sencilla.

Si la maloclusión dental se detecta en la infancia, se puede realizar una ortodoncia interceptiva, pero si fuera el caso contrario y el problema de maloclusión se detectara ya en la vida adulta, se puede optar por una ortodoncia correctiva, que intentará paliar esta dificultad de la mejor manera. 

En el caso de que, ya en la edad adulta, la causa de esta maloclusión fuese de origen esquelético, el profesional podrá recomendarle al paciente una cirugía ortognática, comúnmente conocida como cirugía de corrección de mandíbula.

Según las condiciones generales de la boca, es posible combinar el proceso de ortodoncia con extracciones dentales u otras técnicas para obtener más espacio en la boca. 

En casos más severos o en los que el paciente presenta graves dificultades para desarrollar su vida cotidiana, el tratamiento no resulta tan sencillo, pero se puede encontrar equilibrio entre el caso y su tratamiento correcto. Todo dependerá de las condiciones que presente cada paciente y de la evaluación del profesional que ofrecerá la mejor opción.

¡Sonríe con Clínica Ramis Gandía!

Como has visto, en los problemas de maloclusión es importante la detección temprana y, si esto no se ha descubierto en la infancia, es importante que en la vida adulta también prestemos atención a esta problemática, ya que cuanto antes se ponga en marcha un tratamiento, mayores posibilidades tendremos de mejorar esta afectación en nuestra boca. 

En la Clínica Dental Ramis Gandía estamos a tu disposición para que nos consultes tus dudas sobre esta problemática o cualquier otra inquietud que tengas. 

¡Estaremos esperándote!

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