Desde el momento en que nace, el recién nacido presenta el denominado reflejo de succión.
Cuando el lactante madura, este reflejo va desapareciendo, apareciendo en su lugar funciones motoras voluntarias, de tal forma que “la succión como reflejo innato se convertirá a partir del 4º mes en un reflejo adquirido”.
Los niños que maman del pecho realizan unos ejercicios musculares mucho mayores que cuando lactan de un biberón, agotándose mucho más y necesitando en menor medida de la succión nutritiva.
La persistencia del hábito de succión no nutritiva más allá de determinada edad supone la instauración de maloclusiones que en algunos casos requerirán del ortodoncista.
Lactancia materna vs biberón y el hábito de succión digital
La diferencia del niño entre lactar del biberón o del pecho no está sólo relacionada con el tipo de leche, entre otras cosas por las inmunoglobulinas que, de esta forma, la madre consigue pasar al niño. Para los dentistas lo interesante no será el contenido (leche) sino el continente. Es el aspecto funcional de la alimentación lo que nos interesa, ya que el niño realiza un ejercicio muscular específico en cada tipo de lactancia y de ello derivan repercusiones morfológicas sobre el desarrollo máxilofacial.
Asimismo tendrán repercusión sobre la succión no nutritiva puesto que cuando se alimenta exclusivamente con el biberón no necesita desarrollar tanta energía para extraer la leche, por lo que ha de completar con el chupeteo no nutritivo su completa satisfacción.
El complejo y activo movimiento que se produce al lactar implica a todos los músculos de la lengua, los propulsores mandibulares (pterigoideos laterales), los maseteros, orbiculares de los labios y los bucinadores. Este trabajo exige al bebé un esfuerzo importantísimo que consigue agotarlo. Los biberones no cumplen en ningún caso este objetivo, ya que envían siempre el mismo flujo independientemente de la presión con la que el niño chupa.
El patrón con el que el niño lacta del pecho o del biberón es totalmente diferente, incluso cuando la tetina del biberón es de diseño anatómico. El escaso esfuerzo muscular que le exige al bebé la utilización del biberón hace que su desarrollo morfogenético se encuentre desvalorizado.
Ventajas e inconvenientes de la utilización de chupetes
Hubo un tiempo en que los “expertos” desaconsejaban por completo la utilización de los chupetes. Eran los mismos que recomendaban no coger en brazos a un niño que lloraba. Afortunadamente para los bebés que nacen hoy día, los actuales padres han aprendido a tolerar un poco más las necesidades de los bebés.
El problema es cuando, por una actitud negligente de algunos padres, el niño continúa con el chupete más allá de cierta edad pudiendo desencadenar en él graves consecuencias oclusales. Existe además una relación entre la persistencia del hábito del chupete con otros hábitos indeseables como ausencia de cepillado en el niño.
La mayoría de los niños lo utilizan en sus primeros meses de vida, abandonándolo antes de que llegue a suponer un problema para él.
Inconvenientes
En los primeros días de vida, pasar constantemente del pecho al pezón artificial y viceversa es demasiado pedir para un bebé que aún está aprendiendo a mamar.
Succionar un chupete también puede interferir con el suministro de leche materna, y en última instancia con el crecimiento del niño. Si el bebé satisface parte de sus necesidades de succión con un chupete, pasará menos tiempo estimulándose el pecho a la madre y se priva de la leche que se produce al final de la toma, alta en calorías y grasa esencial para el crecimiento.
Así pues no debería ofrecérsele el chupete al bebé hasta que la lactancia esté bien establecida, al menos durante las dos o tres primeras semanas.
Ventajas
- Induce tranquilidad y calma al niño.
- Previene el hábito de chupar el pulgar.
- Estimula el reflejo de succión en el recién nacido prematuro.
- Prevención muerte súbita del lactante:
- La lengua no se le puede caer hacia atrás obstruyéndose la vías aéreas.
- Favorece el control de la respiración, disminuyendo los períodos de apnea.
- El lactante no se suele colocar boca abajo para dormir, por la incomodidad que le produciría.
Succión del pulgar
La succión de los dedos o el pulgar como factor productor de maloclusiones es fácilmente asociado por el público, ya que los principios mecánicos son de aparente simpleza, razón por la cual la mayoría de los padres se preocupan y oponen a estas actividades en sus niños.
El hábito puede coexistir con anomalías de distinta etiología. La succión digital es una relación sensomotora del estímulo-respuesta, como parte de un reflejo normal. Representa una de las primeras formas de conducta específica en el feto y en el recién nacido, estimulada en este último por olores, sabores y cambios de temperatura; es también una respuesta a estímulos en la zona bucal o perioral.
Durante los primeros seis meses de vida, la succión es una actividad preponderante. La succión digital persiste en el niño preescolar (2-5 años) bajo diferentes condiciones específicas: fatiga, sueño, desplazamiento afectivo y aburrimiento, convirtiéndose en una forma de adaptación del individuo a su ambiente.
Las alteraciones posibles a consecuencia del hábito son especialmente dentarias, y si persiste o es ejercido con fuerzas mayores, puede afectar igualmente el proceso alveolar. Estas deformaciones dependen de cuatro factores:
- Frecuencia
- Duración
- Intensidad
- Dirección y tipo
Diagnóstico
El diagnóstico de succión digital es obvio cuando el niño practica el hábito. Sin embargo, rara vez lo demuestra en la consulta y muchas veces niega que exista al ser interrogado.
El examen extraoral consiste en fijarnos en todos los dedos. Normalmente los del hábito están enrojecidos, excepcionalmente limpios, con una uña corta o aplanados. En casos más severos puede haber callosidades en la zona del dorso de los dedos.
Una variedad de actividades suele acompañar al hábito: tomar un pañal, un juguete. En los preescolares se pueden observar tirones suaves del lóbulo de la oreja, de la nariz o el pelo. Algunos niños asumen un balanceo rítmico mientras se chupan el dedo. El examen intraoral permite encontrar una serie de situaciones asociadas, como la respiración bucal habitual e interposición lingual, sobre todo en niños con mordida abierta. La primera información que debería obtenerse es sobre las relaciones esqueléticas; si éstas están alteradas el tratamiento debería ser en acuerdo con el ortodoncista. Los signos dentarios del hábito pueden variar, de arcos y piezas dentarias bien alineadas, a piezas protruidas y espaciadas. Se debe recordar que otras anomalías como mordida cruzada o alteraciones en las bases óseas no son necesariamente consecuencia del hábito. En algunos casos, suele asociarse a un overjet exagerado y relación distal de la mandíbula.
Tratamiento
Desde el punto de vista del tratamiento, es más significativo el grupo de 5 a 7 años de edad, ya que si el hábito es discontinuado alrededor de los cuatro años resulta menos lesivo que si permanece después de esa edad.
En el tratamiento de la succión digital se siguen las consideraciones generales ya descritas, es decir, el significado emocional del hábito, la edad del paciente y el estado oclusal del niño.
La mayoría de estos niños detendrá el hábito aproximadamente a los cuatro años, y muchas de las maloclusiones así producidas se autocorrigen. Los padres deberían ser aconsejados para ignorar las actividades de este orden y darle la mayor atención cuando no está ejerciendo el hábito. Muchas veces si los adultos insinuaran actividades de juego al niño, o se relacionan con él, no habría razón para la succión digital, que es un sustituto al contacto afectivo con los padres, o una actividad por aburrimiento.
Si el niño tiene, por otra parte, una anomalía esquelética, se debería sugerir la necesidad de tratamiento ortodóncico futuro. Este grupo es mayor causa de preocupación, dependiendo del tipo de hábito. Se sugiere, en primer lugar, la comunicación con el niño para descontinuar el hábito. En el primer periodo de recambio se debe contemplar la posibilidad de participación más activa, con aparatos mediante la modificación de la conducta.