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El mewing, una técnica que ha ganado popularidad en las redes sociales, promete transformar tu rostro y mejorar tu salud bucal simplemente colocando la lengua de una manera determinada. Pero, ¿qué hay de cierto en estas afirmaciones? La comunidad científica aún no ha llegado a un consenso sobre los beneficios y riesgos del mewing. Mientras algunos defensores aseguran que puede mejorar la alineación dental y la respiración, otros expertos advierten sobre posibles consecuencias negativas para la salud bucal. 

En este artículo, analizaremos las evidencias disponibles y te proporcionaremos una visión objetiva sobre esta controvertida práctica. 

¿Qué es el mewing?

El mewing es una técnica desarrollada por el Dr. John Mew, un ortodoncista británuco, que busca mejorar la postura de la lengua y la mandíbula, lo cual, en teoría, ayudaría a moldear los rasgos faciales, mejorar la alineación dental y facilitar la respiración nasal. 

La práctica se basa en un principio simple: mantener la lengua en contacto con el paladar superior, justo detrás de los dientes, mientras se ejerce una presión leve y constante hacia arriba. Además de la posición de la lengua, el mewing promueve una postura relajada y estable de la mandíbula, con la boca cerrada y la respiración a través de la nariz. 

El objetivo principal es entrenar a la lengua para que descanse en una posición que promueve el desarrollo óseo facial adecuado y ayude a optimizar la salud oral a lo largo del tiempo. Según sus defensores, esta posición correcta de la lengua puede fomentar una estructura facial más definida, mejorar la postura general y reducir el riesgo de ciertos problemas dentales y respiratorios. 

¿Cómo se practica el mewing?

Aunque existen diversas variaciones y opiniones sobre la forma correcta de practicar esta técnica, la idea general es la siguiente: 

  • Relajar la mandíbula: la mandíbula debe estar en una posición relajada, sin apretar los dientes. 
  • Posicionar la lengua: la lengua debe tocar el paladar, desde la parte posterior hasta la zona detrás de los dientes superiores. Es importante que la lengua se apoye en toda la superficie del paladar, no solo en la punta. 
  • Cerrar los labios: los labios deben estar suavemente cerrados, sin tensión. 
  • Respirar por la nariz: la respiración debe ser nasal, no bucal. 

¿Cuáles son los supuestos beneficios del mewing? 

El mewing, una práctica que ha ganado considerable popularidad en los últimos años, promete una serie de beneficios estéticos y funcionales. Sin embargo, es crucial abordar estos supuestos beneficios con un enfoque crítico y basado en la evidencia científica disponible. 

Beneficios estéticos prometidos

  • Mejora del perfil facial: se afirma que el mewing puede ayudar a definir la línea de la mandíbula, aumentar el volumen de los labios y mejorar la proyección de los pómulos. 
  • Alineación dental: algunos defensores del mewing sugieren que esta práctica puede corregir problemas de alienación dental como la mordida abierta o el apiñamiento. 
  • Reducción de la papada: se cree que el mewing puede fortalecer los músculos del cuello y ayudar a reducir la apariencia de la papada. 

Beneficios funcionales sugeridos 

  • Mejora de la respiración: al promover la respiración nasal, el mewing se dice que puede ayudar a reducir la respiración bucal y mejorar la oxigenación. 
  • Reducción de ronquidos y apnea del sueño: al ampliar las vías respiratorias, el mewing podría aliviar estos problemas respiratorios. 
  • Mejora de la postura: algunos creen que el mewing puede ayudar a corregir la postura al fortalecer los músculos del cuello y la lengua. 

Base científica del mewing

A pesar de las afirmaciones entusiastas, la evidencia científica que respalda estos beneficios es limitada y, en muchos casos, contradictoria. 

  • Estudios limitados: existen pocos estudios científicos rigurosos que investiguen los efectos a largo plazo del mewing. La mayoría de la información disponible proviene de anécdotas personales y de estudios de casos, que no son suficientes para establecer una causalidad clara. 
  • Mecanismos poco claros: los mecanismos exactos por los cuales el mewing podría producir estos cambios faciales no están completamente comprendidos. Si bien la lengua puede ejercer cierta presión sobre los huesos maxilares, no está claro si esta presión es suficiente para provocar cambios significativos en la estructura facial. 
  • Factores genéticos y ambientales: la forma de la cara está influenciada por una combinación de factores genéticos y ambientales, como la dieta, los hábitos orales y las enfermedades. Es difícil aislar el efecto del mewing de todos estos otros factores. 
  • Resultados individuales: los resultados del mewing pueden variar considerablemente de una persona a otra, dependiendo de factores como la edad, la genética y la gravedad de cualquier problema dental existente. 

¿Cuáles son los riesgos de practicar el mewing? 

A pesar de la popularidad del mewing y sus promesas de mejorar la apariencia facial y la salud bucal, es importante considera los posibles riesgos asociados con esta práctica. Si bien muchos defensores del mewing aseguran que es una técnica segura y natural, la falta de evidencia científica sólida y la variabilidad individual pueden dar lugar a consecuencias no deseadas. 

  • Problemas en la articulación temporomandibular (ATM): la presión constante sobre la mandíbula y la tensión muscular generada por el mewing pueden provocar dolor, chasquidos y disfunción en la ATM. Esta articulación conecta la mandíbula con el cráneo y es esencial para masticar, hablar y bostezar. 
  • Dolor de cabeza y cuello: la tensión muscular crónica en la cara, cuello y espalda, causada por una postura incorrecta de la lengua, puede conducir a dolores de cabeza y cuello. 
  • Empeoramiento de problemas de mordida: en lugar de corregir la maloclusión, el mewing podría empeorar los problemas de moralidad existentes al forzar la mandíbula a una posición inadecuada. Esto puede llevar a un mayor desgaste dental, dificultades para masticar y problemas de habla. 
  • Desgaste del esmalte dental: la presión constante de la lengua contra los dientes puede causar desgaste en el esmalte dental, haciéndolos más susceptibles a la caries y a la sensibilidad. 
  • Ansiedad y obsesión: la búsqueda constante de la perfección facial y la presión de mantener una posición específica de la lengua pueden llevar a niveles elevados de ansiedad y obsesión. 
  • Falta de evidencia científica: la falta de estudios científicos rigurosos sobre el mewing significa que no se conocen a largo plazo los efectos de esta práctica en la salud bucal y facial. 

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